a la tercera va la vencida

Fueron dos las entradas en este diario que poco tiene de tal, que quedaron vagando por el ciberespacio; me encantaría pensar que no fue por casualidad y que algo hizo que no prosperaran, que si no trascendieron para quedar grabadas en algo tan etereo como un auto-espistolario virtual fue porque no debían pasar del estado embrionario que supone sólo teclearlas. Eran las entradas nasciturus. Y yo soy como las pseudo-madres frustradas que tienen un aborto natural y que aluden a la naturaleza para justificar que un feto no haya sido nada más allá de un feto.
Silvia me dice que soy muy denso y creo que tiene "un bastante" de razón; me vicían las letras y me melancoliza de forma masoquista el jugar con ellas.
El otro día recibí un baño de realidad y no quiero pensar en ello; sólo aspiro a no mancharme con esa agua tan dolorosamente cristalina y tan punzantemente líquida. Hay cosas que pasan muy cerca de mí; a la gente le pasan y se me borran los domingos soleados. Egoista.
J me dijo el otro día que se sentía pequeño y es guay sentirse pequeño y un poco Calimero si te dejan; sigo queriendo jugar y no ver feo y seguir usando copulativas y niño y los juegos de mesa y no estar solo y alguien que me entienda y un interesante y un merecería y una mercería y reírme sin hambre cínica y reírme sin hambre química y llorar bajito.
Sigo descolgando el teléfono a cada rato... sigo abriendo hotmail con hache y con h... sigo recibiendo noticias por negación... quiero hacer un pic-nic... quiero comerme un huevo duro con mucha sal y machacado.
Quiero volver a Lisboa a veces aunque no me bulla nada sino el "remembrance".
yo antes escuchaba un disco que era el de llorar y hace antes que mucho que no, debe de estar ahí porque las canciones no se van pero odio la vanguardia de bajarlas de la mula. Esas estan en los pesebres y el musgo lo he recogido yo junto al arbol de la salud o es de plástico y muy, muy, muy brillante.
Soy el sádico de los albumes de fotos, mías dequienvanaser.