concierto

Esta noche me voy a un concierto y estoy feliz; hacía tiempo que no paseaba por el mediodía de Madrid, de Malasaña, de las tiendas pequeñas donde los dependientes fuman dentro y de las grandes donde los dependientes fuman a la puerta. Hacia sol y en el cielo ni una nube. Hacia calor y el piojo verde me ha acechado durante el paseo. Hoy me acuerdo un poco y un bastante de David y me gusta acordame y una sonrisa.
Hace ya, David me llevó a un concierto y bailó tanto y tan bien, des-colgado, patilargo y feliz. Estaba tan nervioso. Palmoteaba y moteaba con su entusiasmo mi cara de chopped. Eso sí, he vuelto a abrir el mail con la esperanza; creo que cuando dicen aquello de los clavos no se refieren a los recubiertos de herrumbre y nostalgia a partes iguales.