Monday, September 19, 2005

trabajo


¡cuanto trabajo y que bien me siento! Me droga, me droga y me vuelve a drogar... ¡creo que soy un work-holic irredento!
¡Cómo me gusta Mocedades! Mamen y yo queremos cantar encima de un piano y ensalivar "Secretaria"
¿lo haremos? de momento llamaré a Joss que da clases de canto y es americano del Norte, de Nuevo Méjico...
hasta otro día!!!!!!

Tuesday, September 13, 2005

re

Te tengo que hablar del reencuentro y la verdad es que no sé que contarte. Javi me escribió un mail hace un par de días y creo que definía muy bien lo que fueron nuestros 4 días en New York... decía que hubo música, hubo sexo, charlas, risas, sexo, encuentros y desencuentros, diferencias (muchas) y coincidencias (pocas pero afortunadas) LO DE SIEMPRE. Ver a Javi después de tantos meses fue como reencontrarme con él un día cualquiera de nuestra vida en común en Buenos Aires; era como si él llegara a casa desde la productora y me encontrara en casa indigestado y aburrido tras una tarde viendo Utilísima Satelital. Nada había cambiado en él y su pasmoso inmovilismo me volvió a seducir como lo ha hecho durante los dos últimos años. La sensación del “viejo conocido” le restó algo de emoción y nos llevó a recalar una y otra vez en los lugares comunes de lo “nuestro”; él, crítico en su magnanimidad e hiriente de tan comprensivo y bondadoso, y yo, victimista, difícil, mentiroso y cabronazo a partes iguales.
Javi y yo ya nos lo hemos dicho todo al menos como novios o amantes... queda por saber de qué versarán las conversaciones que nos queden en calidad de amigos. Ahora que ya sabemos que nos queremos para siempre, hemos prometido no decírnoslo más o al menos no hacerlo de modo transaccional o chantajista, esperando una respuesta del otro.
Se inaugura una nueva etapa del tandem Braier-Remón y hasta somos tan cools como para pronosticar que saldremos juntos de levante en su próxima visita a Madrid (¡que ilusos!).
Te debería hablar también de lo que vimos, visitamos, comimos... pero no me acuerdo. Me acuerdo de una conversación de mucha risa en un Starbucks de Chinatown, de él probándose un abrigo de miles de dólares en comme de garcons, de una bolsa de patatas azules, de su enfermedad de 12 horas, de una discusión en la que enloquecí después de dejarnos la llave dentro de la habitación, de mi insistencia para que tomara aduciendo que era terapéutico, de la visita de dos horas a la tienda Mac del SOHO...

Tengo la sensación de que voy a echar mucho de menos a Javi, pero no al Javi novio sino al Javi amigo... pero creo que al él le va a pasar lo mismo.