Hay una canción condenadamente mentirosa que dice: "sentirse bien es tan facil y yo me siento tan bien..."; es una canción como otra cualquiera, un tapiz idiota para ocultar nuestra animalidad, una promesa de bienestar facil y gratuito, un estribillo hedonista y redudante, un obviedad entonada de alegría ombliguera... y una definición certera de mi ya, mi hoy, de mis igriegas.
El día ha estado lleno de un "fastio" requetearogenés, de "noencontrarses" tontorrones y hasta lacrimógenos, de muecas irritadas e irritantes. La hora de la merienda-cena en ayunas me ha devorado la apatía y la mala leche; las 21:35, 36, 37 están siendo aceptablemente perfectas. Si tuviera un perro lo sacaría a pasear. Si tuviera una vecino ciego y maricón le haría una paja. Por suerte no hay nadie cerca y no hay nadie más inteligente que yo en 16 milímetros a la redonda.
El fin de semana fue raro.
Me/os quiero.